
Una tarde asoleada pero con nubes oscuras, una brisa suave caracterizaba ese momento. Era yo un niño y mientras recibía clases de la maestra de primaria se me apareció una 'Mantis' pequeñita en la misma banca, lo que atrajo poderosamente mi atención, porque parecía un ser de otro mundo, de otro universo. Este pequeño insecto se paseaba cautelosamente como si nada de un lado a otro en mi banca escolar y poco a poco toda la clase que impartía la maestra se me fue diluyendo lentamente hasta llegar a un silencio total. Extrañamente quedamos solos la 'Mantis' y yo. Tomé un lápiz e hice que 'el bichito' verde se posara en el extremo de éste, en la parte del borrador específicamente y elevaba el lápiz a la altura de mi cara para observarla con detalle, su forma y su faz. Una cabeza como de corazón y dos enormes ojos. Hacían señas con sus patas delanteras como queriéndome decir algo. Yo la observaba y veía cómo inclinaba suavemente su cabeza hacia un lado, mientras que yo hacía lo mismo. Luego la 'Mantis' hacia otro giro muy sigilosamente a la inversa, y yo la seguía con su lento movimiento. Daba la impresión de ser un perro cuando mira al amo como queriendo adivinar qué va a hacer, pero no, era un extraño insecto que vino a interrumpir mi clase. En eso nos pasamos el bicho y yo por un buen rato, mientras que la maestra parecía un fantasma del más allá tratandose de comunicar con el más acá. De pronto, la 'Mantiz' y yo quedamos como hipnotizados. Nuestras vistas se clavaron y zassss..! el bicho me saltó a la cara y yo desperté de aquél trance y lanzé mi lápiz al piso. ¿Córdova que le pasa? -pregutó la maestra. 'Nada, se me cayó el lápiz- dije. Mientras volví a 'la real vida' miraba por alrededor de la banca para encontrar al bichito y procurar no pisarlo, pero no hallé nada. Se fué y tal vez dejándome un mensaje que pudiera ser el siguiente: '¿qué haces tú en mi mundo?' y yo ¿qué carajos haces tú en el mío?