He leído un blog de alguien que vive en un hermoso lugar. Se refirió a sus dos hijas y esposo, pero más que nada a su trabajo y lo que me sorprendió que ella aseguró que le pagan por 'divertirse'. ¡Qué afortunada!. Es periodista.
Acá en Panamá el periodismo no tiene nada de divertido. Estamos sometidos a un régimen de trabajo de esclavos. En esta carrera he visto personas fallecer por ejercer este trabajo, e incluyo a los fotógrafos de la redacción del diario donde trabajo. El primer caído, una persona de mediana edad, Cisneros, tenia un problema en la pierna y no se lo atendió como debía. Por eso, murió de no sé que cosa. El segundo, 'Águila Harpía', quien había comido algo en la calle y posteriormente le devino en una bacteria que se propagó y lo aniquiló. El fotógrafo Eliécer Santamaría, iba a tomar fotografías de una 'balacera' en una zona de alta peligrosidad, pero en el camino (porque era taxista, para que vean que somos mal pagados y requerimos de otros empleos) rec
oge a unos tipos que lo matan para robarle lo poco que tenía.
Joaquín Maizón, de 65 años de edad, y quien laboraba en un Canal de Televisión y luego de relacionista público en una entidad del gobierno, le dio un infarto y murió la semana pasada. Y no sé cuántos periodistas más, hombres y mujeres, con problemas siquiátricos, suicidas en potencia, temerosos de perder sus matrimonios, porque más se las pasan en las redacciones de sus periódicos mientras que el vecino piensa cómo calentarle a la mujer.
Acá no hay trabajos divertido. Tal vez, uno que me pienso inventar sería cuando tenga mi pequeña finca para poder criar mis gallinas, puercos y otros animales, tal vez incluso, trabajar la tierra. Ser yo mismo mi propio jefe, sin estres y sin personas malditas que me fastidien. Entonces diría algo mejor que esa persona 'yo mismo me pago por divertirme'.