Las cosas en Panamá no están para andar por las calles en busca de diversión. Uno tal vez, por su aspecto de malandrín, aunque no lo es, pudiera rifárselas, pero, mejor prevenir y ver cómo uno pudiera echar unas canitas al aire.
Otras de las opciones, pudiera ser el de organizar una fiesta o reunión familiar y de amistad en casa de algún buen amigo. Y eso, en lugares que no representan peligro.
Todo resulta un riesgo de las cuales no estábamos acostumbrados. Ya cansan las escenas de crímenes, en donde se ven involcrados personas inocentes en lugares decentes. Me refieron al caso donde murió un joven en Hato Pintado, un área de clase media y al menos a mí, nunca me imaginé iba a suceder tal cosa.
