Aquí estuvimos hospedados por 4 días y visitamos varias islas. |
Panamá tiene uno de los lugares más paradisíacos del Caribe: la comarca Kuna Yala, compuesta por tierra firme y un archipiélago conformado por 365 islas coralinas con sus idílicas playas y aguas transparentes.
En estas 365 islas, como los días del año, abundan los peces de colores y en su vegetación encontramos las frondosas palmeras, que con su fruto, el coco, sirve de sustento económico a los 60 mil habitantes.
Nunca me había sentido tan cerca de Cuba justo frente al Caribe, por lo que en vez de llamarla Comarca de Kuna Yala, preferí ponerle 'Cuba Yala', por la similitud de sus paisajes y la candidez de sus pobladores pertenecientes a la etnia Kuna.
La gente de mi Cuba Yala |
La Comarca de Kuna Yala es autóctona desde 1925, cuando sus autoridades indígenas cansados del abuso de los gobiernos y policias con actitudes heredadas de la colonia española, se armaron y causaron más bajas que cualquier otra comunidad de la región latinoamericana, situación que en cierta manera los norteamericanos se vieron en la necesidad de intervenir y pedir al gobierno de turno que por favor respetasen las vidas, costumbres y tradiciones de los indígenas autóctonos de la parte caribeña de Panamá.
Para nadie es secreto que les quisieron arrebatar tanta belleza natural, así como nos dejamos los panameños pobres arrebatar las hermosas playas del pacífico, donde los millonarios son los únicos seres humanos que las difrutan en detrimento de la mayoría del pueblo, que sólo pueden tener acceso a playas sucias y sin ningún tipo de atractivo.
Las personas de Kuna Yala son muy amables y respetuosas. Bien organizados socialmente. De una u otra manera, pareciera ser que practican cierta forma de socialismo, tan criticado en nuestros países.
En Kuna Yala las personas me llegaron a decir que 'el que sufre de hambre es porque quiere' en alusión a los alimentos ricos en fósforo y proteínas por el consumo de peces, arroz, coco. Su plato favorito 'Tulemasi'.
Puedo decir con seguridad que esta tierra está bendecida, sus moradores viven felices y no comprendo la razón por la cual mucho de ellos prefieren pasar trabajo en la Ciudad, donde la discriminación y la falta de oportunidades es una constante. Incluso me recuerda a los cubanos que se largan al mar como los peces en busca del sueño ó la pesadilla americana.