Anécdota de un panameño en Cuba

Por Rogelio Córdova


"Esta ida a Cuba ha sido una de mis mejores experiencias
en mi vida", Alberto Bailey

Cuba….esa tierra mágica que todos envidian y odian, sigue atrayendo más y más personas que buscan conocer de su realidad sin shows mediáticos, ni balseros despechados llenos de rencores por su país y gobierno revolucionario. “El que quiera saber de la Isla que vaya rápido porque se acaba”, es el decir, medio en broma y medio en serio, de algunos incautos e ignorantes de la situación cubana. Seamos serios: si la cosa es tan terrible e inhumano, no es de extrañarse el porqué EE.UU., que se cree la policía del mundo, no la haya invadido todavía, así como ha hecho en otros países. Si hasta los gringos o yanquis –como quieras llamarlos- van a pasear a Cuba. ¡Joder….dice un español! Aquí la anécdota de un panameño sencillo, Alberto Bailey, quien se propuso ser Santa Claus para los niños cubanos:

Esta es para mí una de las experiencias más inolvidables vividas en Cuba.

Al salir de Panamá hacia ese país, era ir rumbo a lo desconocido, a lo inimaginable pensando en su opresión y en toda la mala imagen que siempre se ha conocido de su régimen castrista.



Santa con amigos cubanos

Alberto no desaprovechó la oportunidad para tener
a 'Cachita' en casa

Un país lleno de mucha limitaciones por el bloqueo económico, pero, a pesar de eso, los cubanos viven a su modo: felices, porque así de felices desconocen el tema de la drogadicción y la inseguridad en la sociedad, como la de otros países como Panamá, situaciones que en la Mayor de las Antillas no son perceptibles.

Cuba pareciera ser el paraíso en la tierra para vivir sin los llamados piedreros (consumidores de crack), casi no se ven los tomadores (borrachos) ni se sufre de asaltos ni armas en las calles.

Niños cubanos se divierten con Santa Claus panameño.

Cualquiera de nuestros países desearían la paz y la tranquilidad de los cubanos. Sí, es cierto que tienen limitaciones, pero no es nada el problema comparado a lo que sufren nuestros países y hasta las grandes potencias con una sociedad enferma de droga, hambre, delincuencia, armas en las calles, menores perdidos en todos estos males y vicios quisieran ser como Cuba.

La felicidad reinó una vez más para los niñitos
y niñitas cubanos

Envidio a los cubanos y el que quiere ir al país más seguro de América, pues que vaya a Cuba, y no sólo a Varadero, que es la Cuba maquillada, vayan a sus otras ciudades que son hermosas y limpias, libres de basuras por las calles imitémoslo, porque son dignos prototipos de sociedad.