La envidia es uno de los peores males que tienen algunos hombres y mujeres. Un capataz de un Batey tiene ese mal. Está totalmente desquiciado y nadie comprende por qué lo tienen jefaturando esa finca que se caracteriza por poner muertos en el portón del inmueble.Lo más penoso y para verguenza de muchas personas de su congregación se mofa de los muertos, se burla de ellos y pregunta a sus subalternos si tal muerto 'está bonito', lo que significa que si el cadáver está bien destripado y sangriento es una excelente obra digna de publicación.
Por cosas del destino un familiar podría aparecer con las vísceras por fuera y la boca llena de moscas y gusanos, pero seguro que sería incapaz de exhibirlo.
Ese perro suicida expone personas miserables y desconocidas, pero no a los pudientes y dudo que ponga a algún familiar si alguna vez aparecen podridos en un matorral.
Este'loser' está pero tan enfermo que se lamenta una y mil veces el no haberse casado con una mujer que ahora tiene problemas de drogas. Y pensar que todos los 'esclavos' lo recuerdan como un cobarde que intentó suicidarse tras lanzarse de un puente, pero nunca lo logró ¡quepasa!. Ahora, el trauma lo ha convertido en un ser que nada más se la pasa tartamudeando sus pesares y para esconder su tragedia le tira a enamorar a todas las 'pelaítas' pero con tan mala suerte que acrecienta su enfermiza envidia contra aquellos que sí lograron marcar con herretes a las hembritas.
¡Pobre infeliz!, Veremos cuánto tiempo dura maniobrando ese Batey y cuántos esclavos le sacarán las tripas.
