¡Cierto! El bolsillo del panameño ya no aguanta más. La gasolina está cara y los inescrupulosos comerciantes buscan abusar del consumidor trasladando los altos precios del combustible a sus productos, sobre todo, los alimenticios. Aquí al parecer nadie hace nada. Muchas personas optaron por dejar sus vehículos en casa. Se prefiere utilizar los buses, donde uno paga 25 centavos de dólar a pagar $4.00 diarios que es lo que cuesta el galón gasolina de 95 octanos. La consigna es "subsistir".
Gasolina hijueputa ¿cuándo baja ese precio? |
Los señores transportistas amenazan cada día con subir arbitrariamente el pasaje del transporte público colectivo, porque el precio del diesel subió. Aquí lo que se debe hacer es subsidiar el combustible a fin de que el panameño en general no se vea afectado por el incremento de los precios de la gasolina. Subsidios, establecer una política energética para el desarrollo, porque ¿Cómo se puede hablar de avance y desarrollo de un país con los precios del petróleo alto?.
Lo que más preocupa a la gente con sentido común, es que mientras se juega con el precio del combustible, los empresarios abusan, venden sus productos alimenticios caros sin importar el salario de las personas. Los sueldos se mantienen igual y pronto no alcanzará ni para comprarse un par de medias, ni siquiera enfermarse se puede, pues es de ricos estar enfermos. Ni los muertos pueden viven tranquilos, porque hasta morirse cuesta.