¿Estás pensando alquilar tu propiedad? ¡Qué va brother! La Rosa de Guadalupe nos trae la siguiente historia:
Olaf Beckenbauer y Minna Asterlitz, un matrimonio feliz y al que todos envidian, se fastidiaron de ver su propiedad totalmente sucia con herbazales, por unos pésimos y espantosos inquilinos que la habitaban y que son de dudosa procedencia, pues la casa estaba totalmente en abandono.
!Qué cochinos son! -exclamó Albrecht a su amigo Olaft
A lo que Olfat respondió: 'No le alquilo mi casa a ningún hijueputa más'.
Albrecht: Pero cómo pudiste alquilarles la casa a esos lúmpenes, ¿no tenían carta de recomendación o algo así?
Olaft: Mira brother, sucede que esta casa la ocupaba un hermano, que al parecer se la alquiló a unas amistades, que según decía, eran 'evangélicos', que era una pareja sin hijos y buena gente y yo de estúpido me creí ese cuento. Yo quería conocerlos en persona, pero cuando eso sucedió, esos hijueputas ya se habían instalado sin yo saberlo.
Albrecht: ¡Oh my God!, pero no le hiciste contrato o algo así?
Olaft: Brother aquí hubo trampa, a ese hermano y a su esposa, que es una serpiente con cara de cucaracha, los mandé a volar, ya ni en la familia se puede confiar en este hijueputa país.
"Resulta que el papel estaba hecho a nombre de otro estúpido que se haría cargo de la casa, porque el interesado de apellido Bhergajam, vive fuera del país y quiere comprar la casa con lo que cuesta una guayaba.
"Tuve que aguantarme años de fastidio, trataba de ignorar el problema, pero algo me decía que si seguía con esa actitud la iba a perder. Coño y lo peor, cada vez que trataba de cobrar el alquiler, eran vueltas y vueltas que me daban los 'Bhergajam', que si no estaban, que si te lo envié desde China a través de Money Gram", explicó Olaft a su amigo Albrecht.
Albrecht: Olaf y ¿cómo cojones recuperaste tu casa?
Olaf: Aquí oré a todos los santos habidos y por haber, le pedí incluso a la Rosa de Guadalupe, y ella me escuchó, me motivó a enfrentarlos, pues, ya tenía información de que se querían quedar con la casa.
Al final cedieron los Bhergajam: se largaron, pero me dejaron la casa bien destruida y con un horrible olor, tan nauseabundo, que iba al trabajo y aun lo sentía hasta por meses. Ya hoy, es un hermoso castillo lleno de rosas.
El castillo de los Beckenbauer. Nuestro Castillo, porque somos una familia numerosa. Jejejejeje....
pd: cualquier parecido con la realidad es pura coincidencia