Atentar contra nuestras vidas constituye un asunto ético y religioso, puesto que sería duro concebir la muerte a diestra y siniestra a voluntad, pues sólo Dios tiene potestad de ello.He conocido un 'elemento' que ha intentado quitarse la vida por una mujer. Lo más ridículo que he visto en mi vida. De igual manera conocí a una 'ciudadana' que intentó lanzarse desde lo alto de un edificio sin barandales luego de haberse tomado no sé cuántas aspirinas, y todo por no ser correspondida con amor por un hombre. Pobrecita: hoy no están bien esas personas. ¿Asuntos del Karma?. Es curioso, pero pudiera ser.
¿Han escuchado sobre los 'suicidios prolongados'?, No es más que la forma de quitarse la vida, pero de a poquito. ¿Un fumador es un suicida? No. Porque el adicto a la nicotina fuma por placer y ama la vida, quiere vivir cómodamente disfrutando las cosas buenas de este mundo, aunque fumar cigarrillos no es bueno. Así que dudo que sea un suicida, tal como lo conocemos.
El suicidio prolongado viene siendo 'la huelga de hambre' que realizan algunas personas por diversas causas sociales, políticas y hasta religiosas. La persona se priva a conciencia de los alimentos necesarios para mantener la vida. Está dispuesto a renunciar a la vida si no se cumplen sus peticiones.
Esta acción tiene repercusión en lo moral y lo religioso. En lo moral porque el suicida no piensa en sus seres queridos, sean familiares o amigos. En lo religioso porque el quitarse la vida de forma inmediata o prolongada no tiene perdón de parte de Nuestro Señor Creador. Pues él dispone de la vida y la muerte.El suicida si logra su cometido queda aferrado a la tierra, en una especie de limbo, donde le tocará ver toda clase de almas en penas con aspectos siniestros, pestilentes, demoníacos, y mil formas aterradoras de seres que nunca imaginó habría de enfrentar una vez cumplida su necedad que cortar su vida.
Hoy vemos como un ciudadano cubano, Guillermo Fariñas, intenta quitarse la vida de forma prolongada. Un ser distinto a los 11 millones de habitantes que tiene la Isla de Cuba, donde muchos viven tranquilos, cómodamente relajados y en familia, mientras que otros, los de tierra firme, pensamos en cómo pagar deudas, en cómo se nos asfixia económicamente y en cómo algunos nos avasallan corroídos por la envidia, porque no soportan que tengamos dos trabajos o que nos está yendo bien. Cada vez que alguien de nosotros sube o está subiendo, viene uno igualito a nosotros y trata de descabezarnos, porque esa es su naturaleza, depredador de nuestra propia especie en una sociedad cruel e inhumana.
