
Minutos antes de ser postrado en una camilla, Valle pidió el perdón de los familiares de su víctima. "Me vi obligado a hacerlo. Yo era el miembro de una pandilla. Nunca quise matar a su hermano. Sólo yo tengo la culpa. No voy a responsabilizar a nadie", dijo Valle, según relató la portavoz del penal. "Amo a mi familia y comprendo por qué tengo que pagar este precio. Lo lamento. Yo lo hice. Alcaide ... estoy listo", agregó dirigiéndose a las autoridades de la prisión.
En Panamá debería imponerse la pena de muerte. Esto cada vez se pone más feo, hay asesinatos por todas partes, pareciera que el mundo se fuera a acabar; pero a pesar de todo algunos cubanos mediocres, que pensaron que Panamá 'es un paseo' y andan cogidos en la cocaína, insisten en quedarse en este mugroso país para joder. Panamá no aguanta más con los malditos refugiados.