Costo energético: crimen de lesa humanidad

Rogelio Antonio Córdova

El problema de la crisis alimentaria viene agravándose cada día por una aparente escasez del combustible. Los grandes campos agrícolas ahora son destinados a la producción de granos y cereales para la obtención de alcohol, el cual es utilizado como carburante para los automóviles.
Ahora la producción agrícola es para alimentar a vehículos con etanol, sin importar el hambre que padecen miles de millones de seres humanos en continentes como África, Asia y países de latinoamérica. Visto así, constituye este asunto una inmoralidad y se convierte en un crimen de lesa humanidad.
Los gobiernos han tomado medidas para enfrentar la crisis alimentaria, ya sea reduciendo aranceles o subsidiando la producción de algunos rubros. Pero no basta con eso. Los países industrializados han arrastrado a los pequeños a un excesivo consumismo, típico del capitalismo salvaje o la era de la globalización.
Lógicamente que al existir esa mentalidad consumista, la producción de bienes y consumo van incrementándose y con ello la utilización desmedida de energía agravándose así la situación del cambio climático a través del efecto invernadero producto de las grandes industrias energéticas, que dicho sea de paso, se debe comprender que alteraría la producción de alimentos a escala mundial, por lluvias, sequías y otros fenómenos.
Podría ser que si los mandatarios se preocuparan en preservar la producción alimentaria que beneficien a sus conciudadanos, antes de intentar resolver los problemas de combustibles de los grandes países; la situación no variaría. Sin embargo, se garantizará la alimentación de las personas más pobres.
En nuestro caso, la propuesta impulsada por el presidente venezolano Hugo Chávez debió ser atendida en su momento para no estar sufriendo los embates del alto costo energético y de la canasta básica alimenticia. Establecer no sólo una refinería, sino varias, podría también abaratar el costo de la gasolina y la electricidad. La decisión la tiene un buen gobernante.