La pena a menores de edad debe ser ejemplar. Hay que castigar fuerte. Ya son muchos los casos en que los menores de edad están involucrados en crímenes sin que ninguna autoridad pueda hacer algo al respecto. De nada vale que los policías los detenga, porque una vez son llevados a los juzgados, los liberan y aquí nada ha pasado.
Si bien es cierto que Panamá está suscrita a convenios internacionales en materia de derechos a favor del menor, no podemos dejar de lado la responsabilidad que le compete al Estado y a su sistema cohercitivo de imponer el orden a como de lugar, porque es un deber que tiene las autoridades policiales y de justicia y un derecho que todo ciudadano debemos disfrutar, de vivir con seguridad y en un clima de paz.
Las leyes que favorecen a los menores de edad una vez cometido asesinato deben ser revisadas o abolidas. Que los derechos humanos no metan sus peludas manos en estos asuntos, porque más bien se han convertido en los defensores de la escoria y la lumpenada.
En Panamá no hay derechos humanos que valgan, porque ni siquiera son respetados los derechos humanos de las víctimas y de las familias afectadas por tragedias como asesinatos y asalto domiciliario, donde entran y golpean salvajemente y en otras ocasiones violan a las mujeres de la casa.
A los menores infractores ya es hora de ponerlos 'en cintura'. Van preso porque van. Hay que poner ejemplo y advertirles a todos los que eligen el camino de la delincuencia que el crimen no paga.
Si bien es cierto que Panamá está suscrita a convenios internacionales en materia de derechos a favor del menor, no podemos dejar de lado la responsabilidad que le compete al Estado y a su sistema cohercitivo de imponer el orden a como de lugar, porque es un deber que tiene las autoridades policiales y de justicia y un derecho que todo ciudadano debemos disfrutar, de vivir con seguridad y en un clima de paz.
Las leyes que favorecen a los menores de edad una vez cometido asesinato deben ser revisadas o abolidas. Que los derechos humanos no metan sus peludas manos en estos asuntos, porque más bien se han convertido en los defensores de la escoria y la lumpenada.
En Panamá no hay derechos humanos que valgan, porque ni siquiera son respetados los derechos humanos de las víctimas y de las familias afectadas por tragedias como asesinatos y asalto domiciliario, donde entran y golpean salvajemente y en otras ocasiones violan a las mujeres de la casa.
A los menores infractores ya es hora de ponerlos 'en cintura'. Van preso porque van. Hay que poner ejemplo y advertirles a todos los que eligen el camino de la delincuencia que el crimen no paga.
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