Ser ciudadano ejemplar

Ciertas veces asumimos actitudes complejas derivadas del carácter o de algo mental que nos afecta. 

La crianza en el hogar prevalece en los actos diarios que nos toca vivir, ya sea en las relaciones interpersonales en tu lugar de trabajo o personas en las que tienes y debes lidiar cotidianamente.

Si tuvimos un buen padre y una buena madre, lógicamente tu desarrollo personal será sino excelente, bueno. Los que inculcan los padres tienen su efecto a corto, mediano y largo plazo. La orientación es básica, conversar con los hijos, ayudarlos en las tareas escolares. Hay muchas aristas por tratar y me gustaría ser breve, porque no es fácil leer largos textos en una computadora. Como el internet, estamos en la era de la utilización del ingenio, decir mucho en pocas palabras.

Alguien con deficiencia en el carácter y forma de proceder, revela la calidad de padres que tuvimos. Un ladrón es tal porque sus padres de manera indirecta o directa le inculcaron ese accionar frente a un conjunto de personas. Un hombre sin recursos económicos se ve obligado, si así sus padres le enseñaron, a tomar un arma para atracar, robar, hurtar. 

Un hombre de clase media buscará la manera de obtener más y se las ingeniará, ya sea, a través de la maleantería heredada de sus padres o por esfuerzo propio sin romper leyes. Un rico, si roba, ya lo lleva en sus genes. Roba tanto que indirectamente se aprecia así mismo como víctima de otros quienes también le roban, por lo que él, seguirá robando para tratar de recuperar aquello que considera que le han quitado.

El que es bueno, es porque se dio cuenta a tiempo, que ser malo no tiene cabida en ninguna parte. El que es malo, es porque ha sido víctima de las actitudes de los padres, de no haberlo encaminado desde pequeño.

En esta sociedad moderna, muchos son los padres que fallan en la educación de sus hijos que inicia precisamente en el hogar. Ese pequeño ciudadano al entrar a la Escuela, lidiará con otros igual que él, hijos con problemas y mañas aprendidas de sus padres y que difícilmente un maestro o maestra pudiera enderezar. Hay que ver quiénes eran los padres precisamente de esos docentes. ¿Cuándo uno dice que se es bueno? Cuando pensamos en Dios, que nos ve a través de un agujero todas nuestras acciones. Cuando evitamos hacer daño para que nadie nos dañe. Siempre por lo correcto y acatando las leyes de los hombres, aunque mal hechas, pero es la regla de la sociedad. El tema es muy extenso y no es fácil tratar.