martes, 20 de septiembre de 2016
Un mal endémico
La eficiencia es lo que se busca en cualquier tipo de empresa y es así como las compañías, las instituciones van creciendo y generando dividendo tanto en la parte monetaria como en lo que respecta a realzar los valores morales y éticos, ¿por qué no? ¡claro que es así!.
Sin embargo, preocupa mucho que en la mayoría de las oficinas públicas impera la mediocridad, el ser mediocre, el personaje mediocre que por favores políticos están allí, enquistados, ganándose un buen salario y hasta les dan la permanencia, es decir, que más allá de los vaivenes políticos, si no se pone orden en una entidad gubernamental, el mediocre enquistado hará daño y mella, que afectará todo el trabajo realizado con buena fe y específicamente atentando contra las personas que sí son capaces y eficientes.
De acuerdo con la Real Academia de la Lengua: el significado de mediocre es: "De calidad media". "De poco mérito, tirando a malo". Así vemos a funcionarios mediocres que entorpecen las labores en algunas oficinas públicas y de gran importancia.
Mediocres en las redes sociales eso sí es grave. Quien maneja Twitter debe ser un profesional capacitado, porque es a través de esta herramienta social donde los periodistas de los distintos medios de comunicación social, que permanecen en planta, pueden generar notas de prensa, pero como les dije anteriormente, hay mediocres enquistados en entidades de importancia y eso afecta y ¡no saben cuánto afecta!
Sin supervisión nada bueno se logra, sin personal capacitado mucho menos.
Los salarios de los mediocres, prácticamente como se trata de favores políticos van de mil y mucho más, lo que desmotiva al personal profesional capacitado y que devenga salarios bajos.
El hecho de que se trabaje en una entidad de Gobierno no significa que se deba caer en la mediocridad contratando personas que luego por razones desconocidas, las ponen a realizar trabajos delicados como notas de prensa o manejar las redes sociales. ¿Quién debe supervisar todo eso? No hace falta que responda, y lógicamente hay una cabeza y si esa cabeza no tiene todo lo que se debe tener para administrar una maquinaria poderosa estatal, imagínense lo que hay debajo de esta.
Para ello se cuenta con las hojas de vida o lo que otros llaman Curriculum Vitae, pero vuelven y justifican del por qué las cosas son como son.
Alguien me dijo: "Este es un órgano político" y yo le respondo: "Ah qué bien...y vamos a aupar la mediocridad aquí....aplausos para tí y para aquellos que piensan igual que tu". Mediocre tenía que ser!
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Bendiciones!