Nuevamente tomé el antiguo sistema de transporte denominado "Diablo Rojo", porque la gasolina subió el precio. El carro quedó de adorno en el 'parking de la casa. El galón de 95 octanos cuesta entre $3.98 a $4.00 (dólares) y eso no se aguanta para muchos de nosotros, porque la consigna aquí es "o comes tú ó come tu carro". Es decir, subsistencia. A pesar de esto, vemos más autos que gente por las calles y avenidas. Los tranques son constantes, mientras que durante las llamadas horas pico, es insoportable. Del mismo centro de la ciudad hacia Tocumen en el Corredor, hay cerca de 19 kilómetros que, en carro y sin molestias del tráfico, toma a penas entre 15 o 20 minutos a 110 kilómetros por hora. Ahora con estos tranques el trayecto dura una hora y media.
Por la vía alterna, es peor, en carro el recorrido dura dos horas. Si tomas un "Diablo Rojo", la cosa es peor, pues pasas tres horas de agonía donde soportas empujones, escándalos, malos olores, música alta, llegas a casa vuelto una "m...". Basta bañarse sin ánimos de comer y presto a dormir. Imagínense, se sale a las 4:30 p.m., y vas llegando a casa cerca de las 8:30 de la noche.
¿Y el Metro Bus?, pues bien, son rápidos, seguros y confiables. Al menos eso dicen. Es más caro $1.25 (dólar) y vas incómodo, si es que no consigues asientos. Ojalá podamos contar con muchos de estos nuevos y espaciosos vehículos, porque, hasta el momento, no suplen las necesidades de las personas para transportarse a sus trabajos y hogares ante el alto precio de la gasolina.
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