Mujer "pay"...pero portadora (título original)
Autora: Irma Rodríguez
Los rayos del sol apenas comenzaban a asomarse. A eso de las 6:20 a.m. salía de mi casa en un taxi que me llevaría cerca de la vía Transístmica para tomar el bus que me transportaría más rápido a mi trabajo. Mientras iba en el vehículo se formó un tranque en uno de esos callejones del barrio de San Miguelito donde resido y el trayecto que es apenas de 10 minutos se atrasó hasta en 5 minutos más.
El taxista hacía el esfuerzo de avanzar y en el intento divisió a una mujer que además había llamado mi atención, no porque me gusten las personas del mismo sexo sino porque no me cabía en la mente como una mujer podiar andar por la calle a esa hora con semejante pantalón corto y pegado que marcaba sus genitales. Mi sorpresa fue que a él tampoco le llamó la atención por guapa o "pocotona" como dicen los hombres panameños y fue así como conocí la historia corta pero con moraleja de aquel pay.
----¿Usted vío ese pay que iba caminando allí?--- preguntó el conductor
...Ajá...por qué?---- le respondí muy seria porque pensé que iba a decir una incoherencia y de una vez le devolví una pregunta.
---Es que esa mujer es portadora del Sida-- me comentó.
Pensé que era solo ganas de desprestigiar a la mujer porque andaba en esas fachas, pero profundizó que la joven (aparentaba unos 30) había contagiado a un sobrino de él.
¿Y cómo sabe eso?... insistí.
La cadena comenzó así. La mujer conoció a un hombre de 22 años hace como cinco años con quien tuvo una relación de unos dos años. Lo que no sabía es que ese joven era bisexual (le gustan los dos sexos) y que un homosexual también era su pareja y que además de pagarle ropa fina y otros lujos, le regaló el virus del VIH. Así fue como se contagió la mujer que más tarde se enamoró del sobrino de quien fuera mi chofer por unos minutos.
---Ella siguió andando con otros tipos y el que la contagió se murió---aseguró el hombre
Casi llegando a mi destino, le dije en tono de reflexión que por eso es que hay que cuidarse, ¡hay gente que anda como loca, que no se quieren", fue mi expresión, pero su respuesta me dejó completamente fría y se quedó grabada en mi mente.
---Sí jovencita, pero lo que le quiero decir es que hay gente que no anda como loca y se le pega también, mire que esos hombres con los que ella ha estado ni Dios lo quiera se convierte en su esposo y usted se vé sana--- me dijo.
Justo en ese momento llegué a donde tenía que tomar el bus y le dije que pasara buenos días, me bajé del taxi, cerré la puerta y seguí mi rumbo, pero la conversación seguía dando vueltas en mi cabeza y me di cuenta que el tipo tenía toda la razón. Según el Ministerio de Salud hay 20 mil personas en Panamá que no saben que son portadores del VIH, una cantidad exhorbitante para una población tan pequeña y una historia degarradora para personas que en su mayoría gozan de la edad productiva. ¿Qué podemos hacer?...en mi concepto se resume a una sola palabra: amar, porque quien ama de verdad es responsable con sí mismo y con su ser querido.
Autora: Irma Rodríguez
Los rayos del sol apenas comenzaban a asomarse. A eso de las 6:20 a.m. salía de mi casa en un taxi que me llevaría cerca de la vía Transístmica para tomar el bus que me transportaría más rápido a mi trabajo. Mientras iba en el vehículo se formó un tranque en uno de esos callejones del barrio de San Miguelito donde resido y el trayecto que es apenas de 10 minutos se atrasó hasta en 5 minutos más.
El taxista hacía el esfuerzo de avanzar y en el intento divisió a una mujer que además había llamado mi atención, no porque me gusten las personas del mismo sexo sino porque no me cabía en la mente como una mujer podiar andar por la calle a esa hora con semejante pantalón corto y pegado que marcaba sus genitales. Mi sorpresa fue que a él tampoco le llamó la atención por guapa o "pocotona" como dicen los hombres panameños y fue así como conocí la historia corta pero con moraleja de aquel pay.
----¿Usted vío ese pay que iba caminando allí?--- preguntó el conductor
...Ajá...por qué?---- le respondí muy seria porque pensé que iba a decir una incoherencia y de una vez le devolví una pregunta.
---Es que esa mujer es portadora del Sida-- me comentó.
Pensé que era solo ganas de desprestigiar a la mujer porque andaba en esas fachas, pero profundizó que la joven (aparentaba unos 30) había contagiado a un sobrino de él.
¿Y cómo sabe eso?... insistí.
La cadena comenzó así. La mujer conoció a un hombre de 22 años hace como cinco años con quien tuvo una relación de unos dos años. Lo que no sabía es que ese joven era bisexual (le gustan los dos sexos) y que un homosexual también era su pareja y que además de pagarle ropa fina y otros lujos, le regaló el virus del VIH. Así fue como se contagió la mujer que más tarde se enamoró del sobrino de quien fuera mi chofer por unos minutos.
---Ella siguió andando con otros tipos y el que la contagió se murió---aseguró el hombre
Casi llegando a mi destino, le dije en tono de reflexión que por eso es que hay que cuidarse, ¡hay gente que anda como loca, que no se quieren", fue mi expresión, pero su respuesta me dejó completamente fría y se quedó grabada en mi mente.
---Sí jovencita, pero lo que le quiero decir es que hay gente que no anda como loca y se le pega también, mire que esos hombres con los que ella ha estado ni Dios lo quiera se convierte en su esposo y usted se vé sana--- me dijo.
Justo en ese momento llegué a donde tenía que tomar el bus y le dije que pasara buenos días, me bajé del taxi, cerré la puerta y seguí mi rumbo, pero la conversación seguía dando vueltas en mi cabeza y me di cuenta que el tipo tenía toda la razón. Según el Ministerio de Salud hay 20 mil personas en Panamá que no saben que son portadores del VIH, una cantidad exhorbitante para una población tan pequeña y una historia degarradora para personas que en su mayoría gozan de la edad productiva. ¿Qué podemos hacer?...en mi concepto se resume a una sola palabra: amar, porque quien ama de verdad es responsable con sí mismo y con su ser querido.
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