Nadie quiere casarse legalmente y mucho menos por la Iglesia, mientras que muchas son las personas que se divorcian.
En Panamá, durante el año 2009, según cifras de la Contraloría, el número de divorcio se elevó a 3 mil 469 casos, es decir, 572 nuevos divorcios que en el 2008. ¿Razones? Los sicólogos aducen sus propias conjeturas con respecto a lo económico, valores pueriles, todas apreciasiones que nadie entiende.
El divorcio surge, toda vez que las uniones matrimoniales son cada vez más jóvenes, y por ello, carecen de una base sólida arraigada en la comprensión y la responsabilidad. Hombre y mujeres pecan de querer experimentar situaciones por experiencia propia. No hay madurez y todo gira en lo superficial. Las consecuencias al final las pagan los hijos, si es que lo tienen. Con ello, una familia disfuncional que pudiera, tal vez, conllevar a futuros problemas. Considero que la edad correcta para el matrimonio estaría en los 30 a 35 años de edad, porque ya se comprende un poco mejor de qué se trata la vida, en cuanto a los valores, el sentido de la moral, la tolerancia, comprensión y
la responsabilidad.
Un problema lantente en los matrimonios es lo referente a lo económico. El dinero para pagar las cuentas, los gastos de luz, agua, escuelas de los niños, pueden resultar en un serio conflicto que sin la madurez requerida, terminarían resquebrajando ese amor que se habían jurado eternamente en un altar.
En Panamá, durante el año 2009, según cifras de la Contraloría, el número de divorcio se elevó a 3 mil 469 casos, es decir, 572 nuevos divorcios que en el 2008. ¿Razones? Los sicólogos aducen sus propias conjeturas con respecto a lo económico, valores pueriles, todas apreciasiones que nadie entiende.
El divorcio surge, toda vez que las uniones matrimoniales son cada vez más jóvenes, y por ello, carecen de una base sólida arraigada en la comprensión y la responsabilidad. Hombre y mujeres pecan de querer experimentar situaciones por experiencia propia. No hay madurez y todo gira en lo superficial. Las consecuencias al final las pagan los hijos, si es que lo tienen. Con ello, una familia disfuncional que pudiera, tal vez, conllevar a futuros problemas. Considero que la edad correcta para el matrimonio estaría en los 30 a 35 años de edad, porque ya se comprende un poco mejor de qué se trata la vida, en cuanto a los valores, el sentido de la moral, la tolerancia, comprensión y
la responsabilidad.
Un problema lantente en los matrimonios es lo referente a lo económico. El dinero para pagar las cuentas, los gastos de luz, agua, escuelas de los niños, pueden resultar en un serio conflicto que sin la madurez requerida, terminarían resquebrajando ese amor que se habían jurado eternamente en un altar.
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