Hoy es un día soleado, el cielo está azul. Supongo que estamos probando el verano del hemisferio norte que se extiende hasta finales de agosto. Pero durante nueve meses predominan las lluvias y una alta humedad, puesto que la ciudad de Panamá está próxima a la zona costera del Pacífico.
En estos instantes me encuentro en la Asamblea Nacional de Diputados de Panamá laborando, porque se está discutiendo un proyecto de Ley que presentó el Ejecutivo sobre reformas a la Carrrera Administrativa, que no es más que una legislación que da estabilidad al empleado público.
En el pleno legislativo hay dos bandos definidos: los partidos del Gobierno Nacional (Cambio Democrático, Unión Patriótica y Movimiento Republicano Nacional Nacionalista) y el de la oposición, que son los diputados del gobierno anterior (Partido Revolucionario Democrático 'PRD' y Partido Popular). Del entonces señor Martín Torrijos, un presidente que le faltó pantalones y que logró engañar a los panameños, como todos los gobiernos. Aquí no tenemos líder.
El bando del PRD advierte que el proyecto de Ley de marras es para destituir a 150 mil funcionarios públicos. El partido o la alianza gobernante, dice que la Ley es para 'quebrar botellas' , o sea, personas con altos salarios que no hacen ni mierda, y porque muchos funcionarios entraron sin tener méritos o los metieron a la cañona. El proyecto de Carrera Adminstrativa tiene el propósito de brindar estabilidad laboral, pero ¿para quièn?. Hombre, aquí el asunto es rezar y pedir a Dios que nadie te bote y dejar que los partidos políticos se saquen los trapos sucios. Aquí dicen que el debate se extenderá hasta la media noche.
Mañana domingo me toca trabajar en otro lugar, 'qué bárbaro' y ya me imagino a ciertos ciudanos del mundo probándose un mojito o un Daiquirí en una de esas playas de mar turquesa en una paradisíaca isla. ¡Ay vacaciones mías, pero cómo no me las voy a gozar por allá donde canta el sisonte y estremecen las palmas!
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Bendiciones!