El Alfa y el Omega, la energía del universo que es irradiada a la Tierra, el mismo Sol y su amiga la Luna, todos los elementos representan a un ser supremo omnipotente y omnipresente.
Muchas personas no comprenden y en sus pequeñas cabezas sólo se limitan a imaginar a un hijo de Dios clavado en una cruz, los santos y las vírgenes. Para esas mentes pequeñas más allá de eso, no hay nada.
Pero se equivocan. Toda energía es canalizada a través de objetos animados e inanimados, nadie es capaz de comprender el alcance del poder amplio que tiene la energía como tal.
Una vez, al tratar de explicar estas cosas que muy pocos somos los privilegiados en conocerla, me espetaron: "la sangre de Cristo tiene poder", ¡claro que tiene poder!, y esa persona me recalcó en ello, porque expliqué de una forma sencilla que el Sol se le puede tratar como al mismo Dios, pues es el mismo que alumbraba a los dinosaurios hace 60 millones de años. Pareciera ser eterno, una vez se acabe el sol, es el día del juicio final, que no viene como quien apaga la luz de una casa, vendrán penurias. Debemos recordar que la tierra tiene 4 mil 470 millones de años. El de la cruz, ya andaba por estos lares y no precisamente hace dos mil años.
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