"Te quiero, te amo, nunca te dejaré", son algunas de tantas expresiones de alguien enamorado o enamorada que por aquellas circunstancias extrañas de la vida se desvanecen y finalmente queda olvidado en una calle oscura como un triste perro.
Pobres animales ¿no sé cómo hay seres humanos que los abandonan a su suerte?
El hombre es muy llorón, le duele, se queja, queda muy entristecido, se atormenta, busca alicientes para soportar el dolor. No digo que se entregan a la bebida, porque normalmente el panameño es un bebedor y toma todas las cervezas que haya en las tiendas tanto enamorado, como despechado.
Las mujeres muy al contrario que el hombre les vale en la mayoría de las veces, se conforman con estar en el calor del seno familiar, pero ¿de qué vale eso? Para después encontrarse con otro hombre la cual entregarse en cuerpo y alma, si es que tiene.
Son cuidadosas, porque quieren a alguien con plata, también lo piensa mucho, ya que les dan asco al hombre cochino, si apestan, tienen mal aliento. Descuidado, si escucha reggaetón, bachata o vallenato. No es lo mismo. Al final tratan de reconquistar aquello que dejó, porque la compañía, la mejor compañía del mundo vale.
En cuanto al hombre se refiere, hay unos muy pendejos, que van por ahí mendigando amor, y se van con la peor. Extrañan una vagina y la adopta como suya. Una vagina de compañera. ¿Qué sucede? la susodicha podría no lavar ni hacer los quehaceres. ni cocinar. No es inteligente y le gusta el reggaetón, bachata, vallenato, a los hermanos Sandoval. Persígnate si eres rockero.
Un gran dilema envuelve al hombre inteligente: "Ser o no ser". Vivir como ermitaño no es bueno, ni dejarse tampoco al olvido. ¿Qué hacer? Nada, ahorrar e ir a recorrer el mundo, conocer nuevas culturas y dejar atrás todo aquello que conociste. No vendría mal una ayuda psiquiátrica para salir del atolladero.
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