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| Ellas ganas, ellos pierden, hasta que encuentran el Juez Justo |
Aunque nadie lo sabe, vivimos en la época del matriarcado en la que se definen distintos grupos de mujeres.
Estas mujeres se agrupan en las siguientes tendencias: las conservadoras, que pelean sus derechos de familia, de pareja; las liberales, que buscan espacio laboral sobretodo en aquellos trabajos que tradicionalmente son ejercidos por varones, tanto en la política como el trabajo rudo y en el libertinaje, que agrupan a las mujeres del dinero fácil.
El matriarcado existe en todas las facetas de la vida, pero la que más se destaca es el grupo de las mujeres conservadoras.
Sólo basta llegar a un Juzgado de Familia y todas son mujeres, y si tienes un problema de pensión alimenticia te miran como con ganas de despedazarte los bolsillos.
Ellas ganan, el hombre pierde. Hay un abuso sobre esa autoridad. Eso sí. Se extralimitan las Juezas de Familia, a pesar que se les dice una y otra vez: ese chiquillo no es mío. Ni siquiera piensan en ordenar las pruebas de ADN.
Pasaron casi 10 años con esa maldición encima y finalmente un Juez varón tuvo que ordenar después de tanto tiempo, la prueba de ADN. Efectivamente el hijo era ajeno. ¿Quién paga los daños morales y sicológicos? Allí está el efecto del matriarcado.
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