Hola amigos:
Podría estar aquí escribiendo sobre cosas bonitas de la vida, la felicidad, la alegría, la paz, en fin, todo lo bueno que tiene este mundo que nos brinda a diario y que nos tiene por brindar. Seguro que apagarían su monitor, si es que no has encontrado otras opciones de lectura. Tratamos de escribir lo que se nos viene a la mente. Entrenar nuestra mente escribiendo cosas que tal vez interesen a algunos y a otros no. Todo es opcional. De esto se trata tener tu propio Blog. Ensayas y erras, ensayas y erras hasta lograr tu objetivo: generar opiniones y planteamientos sólidos y bien argumentados.
El tema para hoy son las personas, que las hay buenas y malas, como existe el bien, existe el mal, como hay frío en algún lugar del mundo, hay calor en otro. Las personas buenas brillan con luz propia y esa luz es la que atrae a las personas malas. Necesitan de nuestras luces para ser guiadas, pero ¿cómo si son seres despreciables, cómo es que quieren mi luz y que sea ésta que las guíe a algo noble? No lo sé y me cuesta mucho especular al respecto. Tal vez más adelante aprendan, quizás hasta el ocaso de sus vidas, que ser bueno era la mejor opción y que podría ser que nunca es tarde para recapacitar. Pero, ¿para qué apreciar a los perversos que al final hayan recapacitado lo malo que fueron en toda su vida de juventud? Hay personas tan malditas que parecen angelitos y que se la pasan hablando de Dios, que dicen estar con Dios y van a misa, pero esa son las peores, porque está en la Biblia, todo lo expresa de los dientes hacia afuera. Son malas, pues hablan a espaldas de nosotros los iluminados, nosotros los seres de luces y que brillamos con luz propia. ¿Qué hacer? Difícil la respuesta. Lo mejor sería orar para que San Miguel Arcángel los apacigüe con su espada. El poder de la oración es perfecta, no en vano se hizo, es una real herramienta para nosotros las personas de fe. Allí los dejo.
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Bendiciones!