Hola estimados amigos del blog, a continuación las reflexiones de la distinguida periodista Ana Gálvez, que como ustedes, cree en esta página de contenidos varios. Esperamos sus respectivos comentarios que le puedan dispensar a este interesante tema.
Por: Ana Gálvez
Para Gálvez resulta cínico involucrar a Dios en las quejas. |
El ser humano se acostumbra a esta situación que se vuelve parte de la vida cotidiana.
Muchas veces sentimos que estamos atados a un círculo vicioso, donde no encontramos la salida y damos vueltas y vueltas terminando finalmente quejándonos de las mismas cosas.
Muchas veces sentimos que estamos atados a un círculo vicioso, donde no encontramos la salida y damos vueltas y vueltas terminando finalmente quejándonos de las mismas cosas.
Pareciera un disco rayado, pero varias veces me ha tocado escuchar a mis amigos que por más de 20 años se han estado quejando de lo mismo “¿Por qué la canasta básica aumenta? ¿Por qué la gasolina sube tanto? ¿Por qué llueve tanto? ¿Por qué hace tanto calor? ¿Por qué dios me castiga tanto? ¡Qué cinismo involucrar a dios!..
Siempre les digo: todo tiene solución, menos la muerte y trato de darles alternativas para que resuelvan sus problemas, pero la negatividad y la mala vibra es tan grande que hacen que vivan siempre en la oscuridad.
Hasta en las editoriales gráficas hay quejas por el costo de la vida |
La realidad es muy compleja y, en el intento de entenderla, a veces prescindimos de ciertos elementos. Nos quedamos con lo que nos conviene, con lo que reafirma nuestras convicciones. Si éstas se basan en que “la vida es una mierda”, cualquier cosa que ocurra alrededor lo confirmará.
Puede sonar demagógico, pero el simple hecho de tener una cama donde dormir y alimento cada día, ya es como para estar contentos. Hay que poner el ojo en lo que se tiene y no en lo que falta, porque si vivimos pendientes de lo que no tenemos, siempre nos faltará algo y como dice mi gran y mejor amiga Feriana Espinosa; hay gente que no tienen zapatos, sin pensar que hay algunas personas que no tienen ni siquiera los pies.
El propósito no es dar vueltas en círculos y quejarnos por los próximos veinte años, sino actuar y darles gracias a dios por existir. Debemos tratar de vivir nuestra vida con una máxima metafísica que dice: “No condenes, no critiques y no te quejes”.
Muchas veces, la queja es un desvío de responsabilidad, una bomba de humo para que los ojos del auditorio se dirijan a detectar a un culpable presunto, que, por supuesto nunca coincide en la persona del quejoso.
ResponderEliminarhttp://enfugayremolino.blogspot.com
ES VERDAD TU PENSAMIENTO, SIEMPRE ALGUIEN TIENE MENOS, SUFRE MAS...
ResponderEliminarLA AVENTURA DE VIVIR NOS SORPRENDE CON LOS DESEOS QUE CREA EN NOSOTROS AQUELLAS COSAS QUE DESEAMOS, Y QUE MUCHOS NO ENTENDEMOS QUE EL DESEO IMPLICA LUCHA, LUCHA CONTRA EL, O POR CONSEGUIRLO, MUY BUENA REFLEXIÓN, DEJO MIS SALUDOS QUERIDA AMIGA PERIODISTA
Quejarse, una especie de catarsis ante la impotencia.
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