Carta desde Cuba

Un estudiante panameño llegó a la isla de Cuba para estudiar una carrera. Tal era su impresión por las cosas buenas que veía, que olvidó su tierra y como quien despierta de un bonito sueño, comenzó añorar aquello que dejó brevemente. A continuación, carta de un ciudanado a su 'querida' madre:

Extraño a Panamá. 'Algún día volveré para convencerme de mi tormento'. A ustedes: ¡Qué tal, qué hacen?. Estoy de lo mejor, aunque extrañándolos un poco, ya ustedes ni nos extrañan, se han acostumbrado a vivir la vida sin nosotros. Yo ahora los extraño, extraño tomar Pepsi, 'jugo puro concentrado de naranja, un pan de dulce con pasitas; extraño un poco mis discos de rock, mi emisora, el Mcdonald's, Stereo Panamá y su programa 'La máquina del rock'.

Extraño los buses carnavalescos; extraño la chusma de allá, extraño tantas cosas. Extraño aquellos días en que Jesús era un bebito, con su pantaloncito cortito, que parecía un 'Whopper', extraño lavarme la boca con 'Close up' y bañarme con perfumados jabones y mi "aeu de toilette Cacharel", Azzaro, Ysant-Larent; extraño la manera de preparar y sasonar mis propios bistec, extraño ver la última película U.S.A.; la última película porno, extraño aquellos bares y el tomarse una cervecita Balboa o Panamá.

Uno siempre vive extrañanado, y si dejo ésto, extrañaré a mi Alina (q.e.p.d.), extrañaré Manzanillo, Granma. Extrañaré escuchar la orquesta propia de ellos y de fama nacional e internacional: "Original de Manzanillo", extrañaré escuchar "Los Van Van", extrañaré las colas, el caribeño cabaret, la liseta, la pipa (cerveza de termo), el 'Paticruzao' (ron), Habana Club, a Silvio, Pablo, la guardia vieja (recoger basura alrededor de los edificios), limpiar el baño, la matazón para coger alguna ruta para ir a la playa, el mar, el sol, las palmeras, Tele Rebelde, la bahía, los 'trabajos voluntarios, la Universidad, los estudios pesados, las horas nocturnas de desvelo por un examen final, el medallón con arroz precocido, el prú oriental, el pan con aceite, los buenos hoteles (que casi ni voy), extrañaré la terminal de omnibus, de trenes, el aeropuerto. La gente alegre, las mujeres bonitas (por cierto, allá son feas y las que mandan a estudiar acá son más feas aun)!¡.
Yo ni sé qué hacer, el tiempo pasa y tendré que arrimarse a decidir. Es lo difícil, irse, dejar un amor, dejar una parte de tu vida en La Mayor de las Antillas. No es fácil. ¿Qué hago? Imaginate si llevo a Alina conmigo, ¿qué será de ella? Llorará todas las noches extrañando a su familia, a su perrito Popi, a su propio país. ¿Qué le brindaré a ella? ¿Trabajo? ¿dónde, en un almacén de lujo, y nuestro título de universitario, profesional y el mío de periodista y cineasta, si lo que se lee es que hay una botadera . Ojalá tenga una buena 'palanca' para ponerme a trabajar mucho y vivir y darle trabajo a Alinam y así ella podrá venir a Cuba, Panamá cuando le place ¿será posible?. Lo último que se pierde son las esperanzas ¿verdad?

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Ay....las cartitas...si ustedes supieran cómo son las cosas a esta altura de mi vida, todo es radicalmente diferente. En ese entonces no podría imaginar las cosas que hoy día son como son. !Qué bárbaro! Sólo quedan los recuerdos. !Adiós!