Si alguna vez se ha estado mal, no queremos saber de cómo están los demás. Las personas nacen con cierto orgullo que cuando se encuentran con algunas desavencias, de esas que nos impone la vida, se convierten en buenos actores y hacen ver a los demás que están de maravilla y que nada malo nos pasa y que al contrario, no hay ser más feliz en este mundo de lágrimas que uno mismo.
Pero si te sientes mal por alguna situación que estás pasando ahora mismo, no debes prepocuparte, pues toda decepción o situación anómala, que dices no te mereces, es parte de la escuela de la vida. Debes recordar que la vida es más pesadumbrosa que feliciana, pero por ello no debemos mostrarnos a la gente con caras largas, porque algunos en momento de borrachera de falso orgullo se mofarían de nuestra pequeñas desdichas.
Pero aquél, ese mismo borracho de soberbia está alborde de la locura, pues la tormenta que lo envuelve es oscura como cuando un huracán azota el caribe, su entorno es negro y difícilmente llegan a encontrar la luz, y si lo hacen es a costilla de otros, de aquellos que evitan las caras largas y de mostrar que están pasando momentos duros. Por que a pesar de todo, a pesar de las cosas que no nos agradan, brillamos con luz propia.
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