¡Qué rico pasear y conocer!

Rogelio A. Córdova
El placer de conocer el lugar lo los lugares que uno ya conoce. A mí me fascina viajar por todo Panamá, pero, es difícil lidiar con el problema de la seguridad. Por otro lado, la cultura de atención al visitante sea nacional y extranjero es nula.
PIE DE FOTO
Vista parcial de la ciudad de Santiago y al fondo parte de la bahía. Una esquinita del parque Carlos Manuel de Céspedes y el edificio del Poder Popular. De acuerdo con posición del sol, sería tomada a las 5:30 de la tarde.

Costa Rica, país vecino, es algo aburrido, y no comprendo cómo se viene una andanada de 'gringos' a pasearse por esos parejes. Punta Areanas es un destino turístico poco envidiable. Para visitarla, preferiría ir una de nuestras pocas
playas que nos quedan. En Panamá ya casi no tenemos acceso a las playas. Sólo nos dejaron las que asisten la gente de los arravales.

Pero, ¡Cuba!, tiene todas las condiciones para disfrutarla y quedar bien enamorados. El Sol, el mar y su gente. Aunque debo reconocer que como en cualquier parte del mundo, nada es 100% espectacular ni tampoco se hagan la idea de que cuba es la panacea de todo lo malo.
La playa Siboney. Santiago de Cuba:
Su arena no es blanca como las otras playas cubanas, si las comparamos con Playa del Este, en la Habana, Varadero y otras. Es una playa donde turistas y nacionales disfrutan. Se pasa muy rico

Ahora mismo me tiene loco la idea de viajar a Cuba, pero no sé si iré solo o acompañado, porque para pasarla bien es mejor acompañado o ir con un grupo de amigos. Es divertido. Y bien, pero a dónde ir? Pues claro, si yo fuera el capitan del asunto, diría que nuestro primer destino sería 'Santiago de Cuba' Sí señores, porque es ahí donde quisiera respirar nuevamente su aire, amanecer en un parque, tirarme en las arenas de la playa Siboney. Comer en alguna casa de algún guajiro, compartir un lechón asado y tomarme un trago de ron Paticruzao. Vista del Castillo del Morro en Santiago de Cuba. Esta fue una fortaleza contra los piratas, ubicada en la entrada a la bahía de Santiago.

La Gran Piedra, recuerdo que pasé un 24 de diciembre del 1987. Fue fantástico ver esos hermosos paisajes y qué frío había. Tiene una altura de 1, 234 metros sobre el nivel del mar.