El muerto del diario

Rogelio A. Córdova

Trabajo en un diario de la localidad donde los muertos es el plato fuerte del día. Los muertos de la plebe es la que podemos destacar. Aquél hijo del jardinero y de la planchadora. Más no el muerto de la clase alta, hijitos de papá y mamá.

Estudié periodismo en Cuba. Un periodismo elegante, mesurado. Justamente los de acá, Panamá, afirman que no hay libertad de expresión. Cierto. No podria escribir en contra del Gobierno de la isla de Cuba. Pero ¿qué se puede escribir contra ellos? ¿Que no puedo robar y matar a diestra y siniestra como los delincuentes lo hacen aquí en Panamá? ¿Qué no puedo pertenecer a una banda criminal, vender drogas, matar y ser un proxeneta?

¿Qué se puede decir de un gobierno donde todo el mundo se acuesta temprano para ir muy de mañana a ganarse el pan de cada día. Aunque digan que son 17 dólares al mes. Todos comen, todos tienen sus reales, porque todos los miembros de la familia trabajan y con ello se reparte para asegurar los alimentos en casa.

¿Qué se puede decir de un gobierno que le brinda el acceso al pueblo a la salud de forma gratuita, la educación gratuita donde incluso te pagan por estudiar, es decir, recibes un estipendio al mes.

Debería escribir contra los Castros por el hecho de no tener un televisor plasma en la sala de mi casa, un Porshe Chayanne último modelo, por no tomar un avión e irme a Hawaii, o tener el último grito de la moda: aaAAHHHHH....! (Ese no pelaíta).

Acá en Panamá la libertad de expresión es un libertinaje, donde se escribe sin respeto y la calumnia e injuria está a la orden del día. Hay muchas cosas que me gustaría dejar plasmado aquí. Pero tengo otras cosas que hacer....así que los dejo hasta la próxima oportunidad para continuar este tema de Cuba, o de Panamá, o de lo que sucede en el periódico rojo donde escribo.

pd: Cuando hablan de los muertos que si salió bonito o feo. La mayoría se ríe para congrasiarse. Yo no lo hago, me pongo serio sin que mi seriedad se convierta en estorbo para algunos. Yo respeto a los muertos, porque ellos son parte de la naturaleza sabia. Entre más tranquilo y sereno fuera aquella persona en vida, mejor. Si era un delincuente. Igual se respeta, pero se le deja pasar porque para aquellos, pues, que decirles, tiene su lugar establecido. El purgatorio hasta el día del juicio final. Portense bien. No hagas daño al prójimo. Aunque sé que te diviertes, porque estas loco, te has herido a ti mismo y mucho menos te importa un comino con los demás.