domingo, 1 de febrero de 2009
De vuelta al trabajo
Una vez he vuelto. Disfruté del descanso y el ocio. Dormí como un oso. Creo que engordé un poco. La paz de mi entorno. La paz física, mental y espiritual ha calado en estos 30 días de descanso. Los emails estaban saturados de mensajes, sobre todo de un periodista llamado Elmer Quingtero. Parece una ladilla de correo electrónico. Un spam.
He leído algunos artículos que se refieren a los 50 años de la Revolución cubana. El Dr. Asvat expuso su punto de vista en su sección de Bitácora, que se publica en El Siglo. Luego Moravia Ochoa le hace algunas observaciones sanas. Habla el Dr. Asvat sobre la tristeza que nunca volverá a Cuba, que ese país rememora su brillante pasado, etc. Pero, lo que desconoce tal vez es que el cubano es desenfadado. Que si bien es cierto que añora tener cosas como cualquier ser humano aferrado a las cosas materiales, eso no le roba la calma. En Cuba se disfruta, se ama, se come, se bebe.
Ah! y eso del turismo sexual al que se hace referencia, en Panamá también hay turismo sexual. Sólo hay que visitar las callejuelas de la avenida Perú, Cuba, predios de la lotería. Niñas que se prostituyen por eso de querer tener ropa 'fashion' y que todas vienen en su gran mayoría de lugares como Curundú y Viejo Veranillo. Jovencitas e incluso menores de edad. ¿Por qué nadie escribe sobre esas cuestiones que suceden en Panamá? La respuesta: porque es un tema de pereza.
Sin embargo, si se trata de Cuba, la cosa se pone interesante. Porque se trata de Cuba, la de Fidel. El morbo no se hace esperar. ¿Cierto?
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