Rogelio A. Córdova
Una anécdota muy cómica de cuando estuve por Cuba, en la provincia Granma, en Manzanillo. Estos cubanos sí que son del carajo. Por más cabriado que uno ande por ahí te hacen reír por la más mínima awebazón.
Sucedió que en uno de esos domingos sabrozones que se forman en Cuba, a veces las ganas de pegárselas con un buen trago de ron o cerveza, son tan fuertes que de pronto uno inventa o como dicen los manzanilleros 'resuelve'. Y esto fue lo que pasó.
Unos amigos me invitaron a tomar una especie de bebida que se llama 'El Hombre y la Tierra'.
"Panameño ven vámonos a tomar el hombre y la tierra", me dijo un cubano jocoso.
Todos andábamos en bicicleta para ir a un lugar como una especie de placita dónde había un gran termo con un vino de papa o algo así.
Bueno, el asunto que yo pregunte a ver si alguien me respondía ¿y por qué le llaman el hombre y la tierra? y el cubanito me contestó, así con ese hablaíto que da risa.
"Panameño ya tu vas a ver por qué se llama así, ya tu vas a ver compadre"...
Llegamos y tomamos una perga tras otra, eran unos vasos grandes y la verdad que el trago no me era agradable que digamos, me venía más la cabriación que otra cosa. Bueno se acabó el vinito ese o lo que sea que estábamos tomando. Cada cual agarró su bicicleta y regresamos todos al barrio. Éramos como 6 en bicicleta. Conversando y haciendo chistes mientras pedaleábamos suavemente cuando de pronto, de una forma tonta el timón de mi bici se viró bruscamente a la izquierda y zasss...! me cai.
Entonces alguien dijo:
"Panameño ya ves por qué se llama el hombre y la tierra"
jajajajaja...todos pegaron una risa hasta yo mismo me reia de la awebazón. Qué vaina con estos cubanos locos.
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Jijijijiji... por ingenuo te pasó
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