Los días transcurren y pareciera que nada pasara, pero sí. Todos los días son de batalla.
Al despertarnos sobre la cama, nos levantamos; nos duchamos, nos vestimos, desayunamos y tomamos nuestras herramientas para ir al trabajo. Pues bien. Ese es el plan de las personas normales que no distan de aquellos que concebimos la vida como una ardua lucha, donde se pierde o se gana.
Al despertarnos sobre la cama, nos levantamos; nos duchamos, nos vestimos, desayunamos y tomamos nuestras herramientas para ir al trabajo. Pues bien. Ese es el plan de las personas normales que no distan de aquellos que concebimos la vida como una ardua lucha, donde se pierde o se gana.
El resumen de nuestras vidas al final se representa como la victoria final o la derrota total. Depende de tus acciones y tu apego real a la Fe de Dios Padre Creador del Universo, que todo lo ve y que no admite soberbias ni maldad para con tu prójimo.
Aquí madrugamos, preparamos fìsicamente nuestros cuerpos, lavamos nuestro cuerpo, comemos algo saludable, agarramos nuestras herramientas como un gran Guerrero para enfrentar una nueva batalla. Al salir de la casa, no está de más, despedirse como si fuera el ùltimo día, pues, salimos, màs no sabemos si volveremos a nuestros hogares.
La pelea es con los hombres y mujeres malvados (as), que hacen emboscadas y tienden trampas. Lanzan cuerdas para que tropecemos. Ellos ignoran que la maldad que los envuelven caerá sobre sus propias cabezas e irán a parar en un hoyo sobre brasas ardientes donde no saldrán jamás.
Cada día agradecemos a Dios por nuestra existencia. Le pedimos ayuda para enfrentar las adversidades diarias, para enfrentar a las personas que conspiran en contra nuestra.
Conforme transcurren las horas del día y vemos que el tiempo no nos ha puesto obstàculos que incomoden, es señal de que hemos luchado bien y que vamos viento en popa, pues tenemos ya una batalla ganada el cual se consolida una vez llegado a tu hogar en donde tendrás el descanso merecido para enfrentar otra nueva faena el siguiente día. Eso si Dios asi lo permite. Por eso, os aconsejo encomendarse a Dios una vez que vayas a dormir. Pues el día de mañana no le está prometido a nadie.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Bendiciones!