El corazón late a mil cuando ves a esa persona que está lejos y que se acerca poco a poco hasta donde estás parado; las ganas de besar y mordizquear los labios son irresistibles, aunado al deseo de abrazar fuertemente, apretar su cuerpo junto al tuyo y sólo eso, acariciar diciendo: 'te quiero, te amo, te deseo, serás la madre de mis hijos'. Todos los días se comparten esos sentimientos y cuando toca el momento de una breve despedida (porque ella pasará el fin de semana donde su familia), tristemente te sonríe. Ella desde una ventana y tu afuera esperando la marcha lenta y dolorosa del tren. Solo ves la carita de niña traviesa asomada a la ventana, con unas lágrimas francas y sencillas rodando sus mejillas y luego las manitas que junto a las tuyas, sincronizan un largo saludo. Un hasta luego. Sólo le dices pórtate bien mi amor.
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Bendiciones!