Las empresas privadas deben estar conscientes de la necesidad que tiene el pueblo en todos los aspectos, pero ellos mismos se echan la soga al cuello al ponderar acciones que los gobernantes en un momento determinado ejecutan con tal de conseguir recaudar más dinero a través de los impuestos.
Veamos: tenemos una élite multimillonaria, a ellos los impuestos no les hace y son los que menos pagan en ese sentido, sin embargo, al pueblo trabajador los exprimen hasta no más poder, limitando así su escuálido poder adquisitivo. Entonces ¿qué sucede? pues, las personas comunes y corrientes se ven limitadas a realizar sus actividades necesarias de consumo y de distracción. Son pocas las personas sencillas, trabajadoras u obreros, como les quieras llamar, que van a un Mall a comprar cosas como canasta para ropa, tabla de planchar, algún pequeño mueble para el baño, etc, cosas del hogar. Prefieren pagar las cuentas, deudas y en lo que se pueda, comprar comida.
Así las cosas, los comerciantes se verán afectados porque no habrá esa afluencia de personas que van por adquirir lo que necesitan o no, comprar ropas, perfumes, celulares, ir a divertirse, etc. Amarran al panameño de los pies y las manos. Es por ello que cuando viene ese dinero extra llamado Décimo Tercer Mes, que viene siendo algo así como la plusvalía de lo que nosotros aportamos siempre, los Malls y demás comercios se llenan de consumidores de toda clase, y pues, mejora la economía y el bolsillo de los empresarios que se quejan.
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