Divorciada y feliz

"Oye...pues mira que no es fácil lidiar con santos y demonios", así advirtió la joven Judith.

Judith Rendón vive una soltería obligada, pues la abandonó el perro de su maridito, aquél que le prometió fidelidad frente al altar.

Vive sola en un apartamento de lujo en Costa del Este y no se atreve dar el paso para iniciar una relación nueva con algún pretendiente necio que sobra en su lugar de trabajo y en las calles. 

Dice que todos los hombres son iguales, que quieren "comer" aquello y largarse, algo así como  colisionar y darse a la fuga.

Pero qué va!, Judith Rendón no es boba, pues conoce de esos enredos de pura lírica y labia que al final, tras el enredo le pegan enfermedades como la tricomoniasis, Chlamydia, Papiloma, entre otras.

El Señor Dildo

Es que los hombres todos son unos perros, dijo Judith, quien decidió comprarse un dildo para satisfacerse así misma y llegar de vieja feliz y saludable.

Llega a la casa y es para hablar con su gata Misina, sobre cómo le fue el día. Y así se pasó su vida con el dildo, quien remplazó a esposo. Cero estrés chicas, quédate sola con Dildo Tesaca Nestlé