Mentalmente uno se va programando para bien sobre todo en el manejo de la dirección del barco llamado vida.
Sin embargo, algunas veces por razones ajenas a nuestra voluntad forzamos nuestra cabeza a ver las cosas de una manera distinta a como la veíamos antes.
Nos vemos forzados a variar por situaciones que la vida nos impone, luego variamos en nuestro sentir.
Allí no pocos observan la capacidad de olvido que se tiene y quedan sorprendidos y estos reclaman cuando son bien sensibles y si nunca lo fueron, de igual forma les causa sorpresa.
La indiferencia tal vez los acabe, no sabemos a ciencia ciertas, pero les incomoda.
En poco tiempo he visto personas cambiar, porque sí o, porque señalan tener alguna razón determinada. No nos queda de otra que resignarnos ante la realidad, pero que tampoco seamos subestimados de ninguna manera por ellos, por aquellos quienes nos obligaron a cambiar.
La vida sigue su curso y trae cosas buenas, muchas sorpresas, como una vez dijo Julio Antonio Mella, un joven político cubano de antaño: "Todo tiempo futuro será mejor". Así será.
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