Dedicado a los blogueros, tuiteros, feisbuseros a quienes les prohibieron usar redes sociales en sus trabajos por sólo joder.
Se puede tener acceso a las redes sociales siempre y cuando no interfieran con tu trabajo. Nadie en su sano juicio desearía perder su trabajo por estar revisando su facebook en momento de que tiene asignado una tarea. En cada momento de ocio que siempre los hay, es preferible tener al empleado disponible frente al computador a que esté de haragán molestando al compañero de al lado o al seguridad de la empresa. Y peor aún a que se vaya al casino o dar una vueltecita por los almacenes de las grandes avenidas del país.
Rigoberto Martinello, graduado en Rusia como contador público, tenía un trabajo peculiar, tan aburrido estaba que aprovechó la oportunidad de participar en las redes sociales como Facebook, Twitter, Blogs, entre otros.
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El uso de las redes sociales no interfiere con la productividad
en un colectivo de trabajo, ya que nadie quiere perder
el sustento del hogar y su familia. Impedir acceso es pura jodienda.
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Era el mejor empleado, por lo que la mayoría de sus compañeros lo envidiaban debido a su capacidad de resolverlo todo. Habían 20 computadoras para uso de la oficina en ese centro de trabajo y Martinello siempre estaba en su puesto, mientras que sus colegas se las pasaban haciendo cualquier bobería hasta 'shopping' en las diferentes tiendas de la avenida Uruguay.
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El señor Burns |
¿Donde está Petronio? -preguntaba su Jefe llamado el señor Burns-
No ta' -respondió Martinello-
¿Dónde está Ferruncho? -preguntó Burns.
-Hace rato dijo que iba al baño- contestó Martinello
¿Y has visto a Horrorino? -pregunta Burns
-Dijo que tenía cita médica- respondió Martinello
-¡coño qué vaina!- exclamó Burns
-Bueno ven tú pues, hay una misión- dijo el señor Burns.
Los compañeros que en su mayoría eran envidiosos, se molestaron con Martinello, porque él siempre estaba en su puesto de trabajo frente a la computadora y no como otros que se iban de 'shopping' a los Mall a ver que cosa buena encontraban para comprar. Tenían buenos salarios y no les gusta trabajar.
¿Qué tanto mirará Martinello en la computadora?, se preguntó Gilberto, un tipajo flaco y barrigón. Así, observando a Martinello se percató que era muy activo en las redes sociales con esto del periodismo empírico. Pues es una excelente herramienta para divulgar noticias, situaciones de la vida, etc. Alimentaba su blog y lo publicitaba a través de Twitter y Facebook. Incluso e irónicamente la empresa para la cual trabajaba Martinello tenía Facebook y Twitter a fin de crear interactividad con los lectores, más no los empleados que generaban toda clase de escritos empresariales.
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Rigoberto Martinello: amante de las redes sociales |
Un día Martinello, como siempre sentadito esperando cualquier orden que surgiera de improvisto, se sentó como todos los días en su puesto de trabajo frente a su computador. La encendió, esperó que configurara y no pudo accesar a su Blog. ¡Me bloquearon el Blog! Coño si en este 'ijueputa' trabajo nadie tiene blog, porque son ignorantes, sólo Yo!. Esto es conmigo, la pura envida los mata! espetó Martinello.
Otro día, Martinello se sentó, como todos los días esperando cualquier orden, encendió el computador y no pudo accesar a Twitter. ¡Carajo coño! Pura envidia me bloquearon mi Twitter! lamentó Martinello, quien quería promocionar sus escritos del blog al twitter, pero ya era imposible, porque le quitaron el acceso.
!Aquí en esta 'ijueputa' empresa nadie tiene twitter, porque son una pila de lumpen y escorias que ni siquiera saben para qué es eso y creen que es un simple chat!, manifestó encojonadamente Martinello.
Al tercer día, como para joder más y más a Martinello, este llegó a su trabajo y se sentó frente al computador y dijo: "Bueno, voy a ver las noticias de los diarios digitales". Así se la pasaba todo el tiempo Martinello, muy sentadito, esperando órdenes para apagar cualquier fuego. O sea, a ver cuáles podrían ser las órdenes del día.
Como sus malos compañeros se las pasaban paseando por las tiendas haciendo 'shopping' y Martinello no, fueron donde el jefe con el cuento que Martinello no hacía nada, sólo leyendo vainas por internet. O sea, si no tienes nada que hacer en el trabajo, mejor piérdete, vete donde la querida, date tu vuelta por la tiendecita del chino, haz lo que sea, menos que te vean sentadito en tu puesto laboral.
Al cuarto día llega Martinello a leer los diarios digitales como siempre y !Sorpresa!: ya no tenía computador y en su lugar les dejaron una máquina 'Olympia'. !Ijueputas!, exclamó Martinello, ¡me cago en el señor Burns!
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Jijijjiji.."Respetado Sr. Martinello, de parte de la gerencia le hemos asignado esta hermosa máquina de escribir", firma el Señor Burns |