Del poeta incomprendido:
Luis Carlos Jiménez
esta elegia para Sugeirys.
q.e.p.d
I
Las campanadas lúgubres y fatales
de la iglesia de Santa Ana,
hoy despiden, convertidas en crepúsculos
la profunda luz de tus cenizas.
II
Ya no veremos la clamorosa risa
y la ternura dulce
de tu palabra afable.
III
Pájaros satánicos acechantes
en la alta noche del olvido
acribillaron tu cuerpo de flor,
lirio, amapola y rosa.
IV
Nos queda el diamante azul
de tu maternal mirada
viajando hacia la aurora.
Panamá, 13 de febrero de 2009.
lunes, 16 de febrero de 2009
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