Rogelio A. Córdova
El suicidio es el acto de quitarse la vida, es una situación rechazada por la religión y que jamás ningún ser normal actuaría para escapar de las desavenencias que le pone la vida.
Aquí nos centraremos en dos tipos de suicidas: el de los hedonistas, que son aquellas personas que no soportan nada que constituya un impedimento o una disminución del placer de predominio sensual y el de los sintomáticos que dependen de una enfermedad mental, psicosis, confusión mental, demencia y depresión.
Pero un suicida sintomático puede estar perfectamente situado en aquellos hedonistas, porque si está demente y al verse disminuido su autoestima con respecto a su sexo o que no ha podido complacer, digamos, a una mujer, bien pudiera optar por quitarse la vida. O sea, una cosa lleva a la otra y viceversa.
No es sencillo detectar a los suicidas que presentan esta categoría, porque estos piensan mucho de cómo actuar en sus relaciones interpersonales, trata de mostrar una apariencia de que todo lo tiene bajo control, pero realmente es un ser tan descontrolado, lo cual se refleja en los cambios repentinos de actitudes, de ideas o conceptos con relación a un trabajo determinado. Siempre varía y nunca está conforme con los resultados. Es ahí cuando alguien dice de pronto 'este tipo (a) está loco'.
A un suicida hedonista hay que decirle siempre 'sí' a todo, ya que, contradecirlo le haríamos perder la calma aunque no lo demuestre en el momento. Buscará la forma de 'joder', ya sea horas después que le hayas hecho la observación de una situación determinada, llamándote por celular o sorprendiéndote por un email. Y si es valiente, aunque se caracterizan por su cobardía, por no decir las cosas enfrente a la persona aludida, te lo dice en tu cara, pero cada palabra, cada idea le costará decirlas. Obvio que nos percataremos de que algo aquí no está bien.
Generalmente los hedonistas no quieren a nadie, se preocupa sólo por su ego, prefieren quedar bien ante sus superiores sin importar pisotear a sus seres queridos o subalternos, si se trata de un líder o gerente de una compañía. Pasa más horas en el trabajo o fuera de su casa motivado por una falsa alta auto estima. Estas clases de personas finalmente terminan desgastadas y optan por el suicidio. Todos terminan mirándose frente a un espejo y en esos minutos que obsrva fijamente sus facciones vive instantes de cordura que al final y desquicidado nuevamente, lo llevan a suicidarse.
Aquí nos centraremos en dos tipos de suicidas: el de los hedonistas, que son aquellas personas que no soportan nada que constituya un impedimento o una disminución del placer de predominio sensual y el de los sintomáticos que dependen de una enfermedad mental, psicosis, confusión mental, demencia y depresión.
Pero un suicida sintomático puede estar perfectamente situado en aquellos hedonistas, porque si está demente y al verse disminuido su autoestima con respecto a su sexo o que no ha podido complacer, digamos, a una mujer, bien pudiera optar por quitarse la vida. O sea, una cosa lleva a la otra y viceversa.
No es sencillo detectar a los suicidas que presentan esta categoría, porque estos piensan mucho de cómo actuar en sus relaciones interpersonales, trata de mostrar una apariencia de que todo lo tiene bajo control, pero realmente es un ser tan descontrolado, lo cual se refleja en los cambios repentinos de actitudes, de ideas o conceptos con relación a un trabajo determinado. Siempre varía y nunca está conforme con los resultados. Es ahí cuando alguien dice de pronto 'este tipo (a) está loco'.
A un suicida hedonista hay que decirle siempre 'sí' a todo, ya que, contradecirlo le haríamos perder la calma aunque no lo demuestre en el momento. Buscará la forma de 'joder', ya sea horas después que le hayas hecho la observación de una situación determinada, llamándote por celular o sorprendiéndote por un email. Y si es valiente, aunque se caracterizan por su cobardía, por no decir las cosas enfrente a la persona aludida, te lo dice en tu cara, pero cada palabra, cada idea le costará decirlas. Obvio que nos percataremos de que algo aquí no está bien.
Generalmente los hedonistas no quieren a nadie, se preocupa sólo por su ego, prefieren quedar bien ante sus superiores sin importar pisotear a sus seres queridos o subalternos, si se trata de un líder o gerente de una compañía. Pasa más horas en el trabajo o fuera de su casa motivado por una falsa alta auto estima. Estas clases de personas finalmente terminan desgastadas y optan por el suicidio. Todos terminan mirándose frente a un espejo y en esos minutos que obsrva fijamente sus facciones vive instantes de cordura que al final y desquicidado nuevamente, lo llevan a suicidarse.
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