Tomado de la Bbcmundo
Pero hasta hace poco, esta comunidad afrocubana, que practica rituales
de la tradición Yoruba, del oeste africano, sabía muy poco del origen de estas
canciones o de sus ancestros.
Ahora, gracias al trabajo de una académica australiana, los Ganga de
Cuba creen que sus raíces están en una remota comunidad de Sierra Leona donde
sus ancestros fueron vendidos como esclavos hace más de 170 años.
"No tenía ni la más mínima idea de que una gran cantidad de canciones Ganga procedían solamente de una comunidad. Esto es muy inusual", agrega.
El descubrimiento se produjo cuando un grupo de Liberia vio imágenes de
video de una ceremonia cubana y reconoció en ella parte de un ritual local.
Decidida a encontrar el origen exacto de las canciones, la investigadora
pasó dos años mostrando las imágenes en toda la región hasta que confirmó que
los cubanos estaban cantando canciones en un idioma similar al de un grupo
étnico extinguido debido al comercio esclavo.
Sus investigaciones la llevaron finalmente hasta Mokpangumba, donde los
miembros de la comunidad identificaron no solo la lengua Banta sino también
canciones y bailes de sus propios rituales de iniciación de una sociedad
secreta que practica la sanación.
"En ese momento ellos exclamaron: son como nosotros", recuerda
Christopher, describiendo cómo los africanos comenzaron a cantar y a bailar al
unísono con las imágenes cubanas.
Identificaron nueve canciones en total, pese a que las letras de algunas
habían cambiado con el tiempo y la distancia. Para los miembros de esa
comunidad fue una evidencia contundente de que la gente de Perico era parte de
su familia.
Resguardando la tradición
Durante más de tres siglos de comercio transatlántico poco menos de un
millón de esclavos fueron trasladados a Cuba.
La mayoría fueron traficados en el siglo XIX como mano esclava para
trabajar en las vastas plantaciones de azúcar de la isla.
Christopher identificó a una mujer, conocida por el nombre esclavo de
Josefa, como el vínculo más probable entre Perico y Sierra Leona.
Se cree que llegó en la década de 1830 cuando el Puerto de las Gallinas,
a donde llegaban los esclavos, tenía más actividad.
El dueño de la plantación local incluyó a Josefa Ganga en la lista de
sus propiedades de su testamento: debajo de su propiedad inmobiliaria y por
encima del ganado.
Josefa vivió por muchos años y fue testigo de la abolición de la
esclavitud en Cuba en 1886, excediendo por mucho la expectativa de vida de
siete años de los esclavos en Cuba –donde las condiciones eran brutales- y
logró preservar las canciones y tradiciones de su comunidad.
"Alguien dijo en una ocasión que veníamos de Congo, pero yo siempre dudé", dice Alfredo Duquesne, un artista cuyas obras han estado siempre inspiradas en temas africanos pero que no sabía sus propios orígenes.
"Me fastidiaba eso. Quería saber de dónde vengo", explica en
su casa profusamente decorada con esculturas de madera, y situada cerca de
donde sus ancestros trabajaban en las plantaciones azucareras.
La plantación Santa Elena no existe desde hace muchos años, pero los
descendientes de muchos de los esclavos que trabajaron allí aún permanecen en
Perico, incluyendo el grupo denominado Ganga.
Todos los años en diciembre, se reúnen para venerar a Yebbe como los
Ganga llaman a San Lázaro, en una ceremonia que incluye baile y danza, y que ha
permanecido intacta durante décadas.
A San Lázaro se le atribuye la cura de enfermedades y es venerado tanto
por la Iglesia Católica como por las tradiciones sincréticas en Cuba.
Florinda Diago, quien se cree era la biznieta de Josefa, fue quien
preservó esta tradición en Cuba.
Diago posteriormente le encomendó esta tarea a la actual gran dama de la
comunidad Ganga, una frágil, pero energética mujer de unos 80 años llamada
Piyuya.
Los secretos curativos se han perdido, pero Piyuya puede todavía entonar
cánticos de lamento y de celebración por los muertos.
En los años 80 escribió las letras de estas canciones por primera vez,
junto a unos dibujos a mano de flores, en una libreta que ahora luce raída y
amarillenta.
Viaje inverso
Organizar una reunión de esta "familia dividida" no fue fácil,
dadas las restricciones de viaje vigentes en Cuba en ese entonces, pero los
cubanos eventualmente hicieron el recorrido de sus ancestros, pero en la otra
dirección, hacia Sierra Leona.
"Cuando abrí la boca para cantar, ellos estaban ahí
observando", recuerda Elvira Fumero cuando relata su llegada a
Mokpangumba.
"Entonces fue como una explosión. Ellos empezaron a cantar en
respuesta y a bailar conmigo. Y en ese momento supe que de aquí había venido la
Ganga", dice sonriendo.
El viaje de estos cubanos a África para descubrir sus raíces fue
capturado en un documental de la investigadora australiana que muestra a los
dos grupos cantando y celebrando unidos, y compartiendo otras tradiciones
modernas como el béisbol.
Todavía es una experiencia extraña para muchos afrocubanos.
"Cuba quedó distanciada de otros países en un momento en que otras
naciones en el continente americano vivían un proceso de 'orgullo negro' y de reclamo
de justicia de muchos grupos de origen afro por lo que sucedió con sus
ancestros", señala Christopher, quien destaca que la revolución cubana de
1950 declaró al racismo como un problema resuelto.
"Eso dejó a muchos afrocubanos a la deriva, sin saber cómo celebrar
sus orígenes y mostrar orgullo por sus raíces".
Mientras que muchos cubanos de descendencia española se han apresurado a
reclamar su origen y a obtener sus correspondientes pasaportes, los afrocubanos
no han respondido igual.
Pero para Alfredo Duquesne, la visita a Sierra Leona cambió todo.
"Fue como si me hubiera ido de allí el fin de semana anterior. Toqué el
suelo y pensé 'esto es; he vuelto'", dice y describe la paz que siente
después de esta experiencia.
"Al fin se quién soy", dice Alfredo. "Ya no soy un
extraño".
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Bendiciones!